La foto de arriba es una muestra de las viejas glorias telefónicas que andan por esta oficina. El torpedo amarillo que está en el medio, es el que llevo usando prácticamente desde que llegué (cortesía de Iñaki). En un ataque de flashback, decidí volver a 1998 y adoptar este viejo Nokia 5110 durante mi corta etapa en este país. Aún consigue entrar en el bolsillo del abrigo, sí.

Es curioso como en tan poco tiempo se nos olvidan tantas y tantas cosas sobre cómo funcionaban hasta no hace mucho nuestros dispositivos móviles. Cada vez que utilizo este cacharro tengo que deshacer viejos comportamientos ya interiorizados y pararme a pensar un poco antes de apretar ciertas teclas, básicamente para no cagarla y acabar en pantallas que no quiero ver en ese momento.

Aún así, impresiona ver cómo esta marca aún mantiene con bastante dignidad viejas interacciones que aún hoy siguen funcionando en los modelos más punteros, como el famoso bloqueo de teclado pulsando asterisco + tecla universal (desgraciadamente los modelos táctiles están empezando a deshacerse de esta combinación, como el XpressMusic 5800).

Esta esperiencia me ha hecho pensar que volver a refrescar viejos parámetros ya olvidados te da una perspectiva inusual sobre el camino que llevamos andado en cuanto a tecnología ser refiere. A veces, una vuelta al mundo vintage se hace casi necesaria para reaprender lo que un día dejamos de usar por culpa de una tecnología que no para de innovar.

Como hace unas semanas comentaba nuestro viejo Jakob:

In general, it’s very useful for a usability specialist to have experience with multiple generations of computers, because that allows you to identify bigger trends in human behavior and not be seduced by the latest fads.

De todas formas para mi no supone demasiado esfuerzo: Adoro el rollo vintage a lo que dá hoygan.