Es tremendo. Ya no tenemos suficiente con tener a cero nuestra bandeja de entrada en nuestro gestor de correos favorito (Mark Hurst ya lo recomendaba en su día).
Ahora, los que queremos estar al día de aquello que nos interesa también tenemos que luchar contra nuestro lector de feed.
Y es que, quizá de forma inconsciente, también queremos tenerlo vacío. Al día siguiente menganito publicará nuevos contenidos y, cuando me ponga a leerlos, tendré tantos que no me dará tiempo. Los que utilizan esta herramienta sabrán a qué me refiero, porque sé de buena tinta que ésto ya sucede…
El lector de feed es ya, para algunos, casi un to-do en su día a día (de hecho, ya debería existir un “bloglinear”, igual que ya hay un “googlear”).
Pensando un poco al respecto, veo que la dinámica de comunicación que se genera en bloglines o en nuestro email es practicamente la misma:
Un emisor, un mismo canal, y un hueco temporal de por medio entre el mensaje del emisor y el del receptor (porque al fin y al cabo, cuando leemos un post que nos interesa, lo comentamos, e incluso, visitamos el post con frecuencia para ver si hay nuevos comentarios).
La única diferencia creo que reside en que con nuestro lector de feeds no estamos obligados a responder nunca al emisor. En los emails ésto se da con mucha más frecuencia, es casi necesario, dependiendo del contexto (una newsletter no precisa respuesta).
Quizá, dentro de un corto espacio de tiempo, todo tendrá que ir de la mano. Ya se hace, pero de forma un poco accidental, creo que la integración/interacción no es del todo acertada.
Desconozco si hay algún estudio por ahí al respecto. Si existe, no estaría mal echarle un tiento…