Empezar por las páginas interiores cuando diseñas webs con una arquitectura profunda es una opción muy recomendable. Tener bien definidas las secciones interiores que más se visitan ayuda a ir visualizando cómo será la que quizá es la sección menos importante: La home.
A no ser que la web que estés definiendo sea una web social, donde la home adquiere gran importancia para monitorizar lo que hacen tus contactos, una home es una “lanzadera” que redirije a los principales contenidos finales de la web.
Mucha gente aborda un diseño comenzando precisamente por la página que tendría que dejarse para el final. Diseñar de esta forma provoca que en más de una ocasión tengas que volver a retocar detalles de la home cuando ya estás definiendo secciones interiores. Estas secciones dan pistas muy concluyentes sobre cómo será finalmente la página de inicio.
La home además no debe ser un elemento del que se hable en singular. David Boronat lo comentaba muy acertadamente en las jornadas sobre Optimization Trends&Tools: Cuando defines una home tienes que pensar en cómo la verá un usuario recién aterrizado, cómo se verá con cookies y cómo cuando un usuario esté registrado y logueado: 3 en total.