Hace algunos meses comentábamos en esta casa algunos detalles sobre las “reglas de urbanidad en la web 2.0”, reglas estas que, sin haberlas estudiado, se empiezan a hacer patentes dentro de las aplicaciones que a día de hoy tienen más éxito en internet: Flickr, Facebook, Twitter…
El post de hoy se centra más en la franja adolescente y la relación entre estos con la tecnología. Creo que el mejor ejemplo que podemos ver es un comportamiento, cada vez más extendido y por muchos repudiado: la música del MP3 pública mientras viajan en el vagón.
Indagando un poco encuentro en Madrid me Mata un post relacionado:
“Les reconoceréis por sus teléfonos brillantes y luminosos, que no dudan en mostrar en cuanto pueden porque para algo se han dejado la pasta (suya o de sus padres) en ellos. Suelen viajar en transporte público de cualquier tipo (Metro, bus, Cercanías). Si pueden, ocupando alguna plaza más de las que les corresponde con su pierna o su brazo.
En el momento más inesperado, conectan el MP3 y -en lugar de disfrutar egoistamente de la canción con unos cascos- enchufan el altavoz a todo trapo y ofrecen al resto de viajeros una selección de sus gustos musicales, que suelen ir de la bachata al reggaeton o el bakalao, dependiendo de casos.”
La solución a este problema en concreto no es sencilla (algunos sugieren que todo reproductor de MP3 lleve incluído el auricular sin que pueda desprenderse del aparato) pero personalmente creo que la opción de “banear” aquellas fuentes que generen ruído no es descabellada: que el micrófono de cualquiera de nuestros dispositivos detecte las fuentes de ruído y que, en caso de ser superior a lo “normal”, poder tener la capacidad de silenciar el aparato que genera dicho ruuído. Quizá no es tan complicado como a priori parece.
Cada vez tengo más claro (y esto confirma mi teoría sobre el silencio) que la tecnología tiene ser muda, no hacer ruído, tiene que ser personal 100%.
Pero lo que más me preocupa al escribir este post es la evolución de esta relación entre los nuevos adolescentes y la tecnología: Si al caracter público de los nuevos dispositivos le unimos la faceta gestual nos esperan unos años de adaptación de aúpa…
Y para muestra, un botón (Youtube, 26s.):
es ciertamente triste que tengamos que pensar en soluciones tecnológicas para problemas generados por la falta de soluciones educativas ¿no?
creo que la tecnología no es relevante al caso, por desgracia si no es el móvil, es el radiocasete, o los bongos, o el coche con equipo de música “cañero”. la solución tecnología seria pírrica pues perderíamos capacidades de uso “racional” como el móvil con altavoz para usar como manos libres que es una buena idea (creo)
¿terminaremos viendo letreros con “prohibido escuchar música sin cascos” como los de “prohibido fumar”?
P.D.: gracias por el post, empezaba a pensar que era yo el que se estaba haciendo un viejo cascarrabias cuando me soliviantaba con los nengs, que alivio 🙂
Totalmente de acuerdo con nacho: es un problema de educación.
Buen post Dr. Leal