El pasado fin de de semana anduvimos por el interior de la región de Cádiz, montamos nuestro centro de operaciones en Medina Sidonia, un pueblo que sin duda alguna merece la pena visitar. El propietario de la casa donde nos hospedamos, Rafa, al ver que la reserva había sido realizada por una francesa, decidió cedernos la estancia donde había colgados a modo de cuadros una serie de mapas de edición francesa, de los que se usaban hace años en las escuelas.
Cuando entramos, nos quedamos los dos sonriendo, observándolos. A Caroline le traían recuerdos de su infancia. Y a mi, supongo que por deformación profesional, se me vino a la cabeza la jerarquía del DIKW (Datos/data, Información/information, Conocimiento/knowlegde y Sabiduría/wisdom). La secuencia de menor a mayor importancia es la siguiente:
1. Datos: Una simple masa de cifras.
2. Información: Resúmen de esa masa de cifras.
3. Conocimiento: El uso de esa información que nos permite tomar decisiones.
4. Sabiduría: La utilización de ese conocimiento para mejorar la vida (Referencia).
Paradógicamente, en el mundo actual, creemos que por tener más acceso a la información somos más sabios, pero no es cierto… Yo casi pienso lo contrario. Las conversaciones humanas actuales están cortadas constantemente por las consultas al dispositivo móvil, para confirmar datos y llevarnos la razón. Pero me voy por otro lados…
Los mapas eran el trabajo de Paul Vidal de La Blache, geógrafo francés, “(…) considerado el máximo exponente de la geografía regional francesa (…). Definió la geografía como una ciencia de síntesis que estudia la interacción entre el hombre y su medio.”
Para mi los mapas de La Blache se salían del mero dato o información, donde uno simplemente consulta los límites de una provincia, o por dónde discurre un río. Estos mapas superaban el estadio del dato o la información para estar casi a la altura del conocimiento. A lo mejor era simplemente por su antigüedad, no lo sé, pero contaban historias, apetecía tocarlos, jugar con ellos. Pero por desgracia estaban limitados a dos dimensiones y fabricados con tinta, no con píxeles.
Años más tarde, otro geógrafo francés Jacques Bertin, afirmó algo así como que el conocimiento sólo se construye cuando existe interacción entre el humano y el dato o la información. Quizás fue un tributo oculto a la obra de Lablache, quién sabe.