Hoy me he topado con un post que hacía referencia a esta cafetera, a la que muchos de vosotros estareis acostumbrados a ver en cientos de cocinas.
Pocos diseños han sobrevivido tanto el paso del tiempo como este aparatejo, la Bialetti Moka Express, diseñada por Alfonso Bialetti nada menos que en 1933. Como dice el post, todo un “milagro de diseño, simplicidad y longevidad: sin filtros, sin cristal, sólo café, agua y llama”.
Para tristeza de muchos de nosotros, cada vez nos encontramos con menos ejemplos de diseños que aguanten el irremediable paso del tiempo, ni siquiera los coches, grandes ejemplos de diseño duradero, han resistido el avance del diseño plastificado.
Los japoneses lo llaman Wabi-sabi (el viejo terremoto.net tiene desarrolla este concepto), que puede ser descrito como esa agradable estética que transmiten algunos productos cuando envejecen con el paso del tiempo, hacerse mayor con dignidad.
Échale un vistazo a las cosas que posees, tendrás mucha suerte si tienes algo que tiene más de 5 años. El diseño de hoy en día, es diseño de un par de años. El triste resultado de una sociedad que necesita consumir y cambiar constantemente, siempre insatisfecha.
Qué cierto. Entre la tan citada obsolescencia programada y la cada vez mayor velocidad que se le imprime a cualquier tarea humana parece que no hay lugar para que algo simplemente perdure. Crear un producto con el suficiente mimo y calidad como para que nos acompañe unos años cumpliendo con nuestras necesidades debería ser un objetivo por sí mismo.
Y es que no es posible ya añorar objetos como la cafetera que citas porque no convivimos lo suficiente con ellos. Sí, convivir con un producto, como experiencia.
@Goio ¿Qué triste, verdad? Con la relación tan bonita que se establece con estos objetos… Seguro que en breve habrá que pensar en diseños de un par de meses.
Genial, como siempre…
Voy a poner un poco de esperanza añadiendo “el exprimidor” como diseño que ha aguantado en el tiempo, curiosamente también del mundo de la cocina… interesante coincidencia o no… ¿no crees?
Reflexión muy a la ligera, pero parece prevalecer —y sobre todo en lo relacionado con lo tecnológico— las cualidades técnicas que las emotivas. El hecho de que en muchas ocasiones sean productos “relativamente” baratos y su vida útil sea tan limitada, no consiguen que se les tenga mucho apego.Bueno, con productos tecnológicos y la ropa, mobiliario,… se suma el hecho de que en ocasiones no tienen un envejecimiento “digno” y directamente las ganas de cambiar.
Aprovechando, leí el libro que menciona Javier en Terremoto, pero no me gustó demasiado. Me ha parecido mucho más completo y con una visión general de, entre otros los términos wabi-sabi, el libro “Elements of Japanese Design” de Boye Lafayette De Mente. Ahora mismo tiene un precio bastante interesante en The Book Depository y se lee de un tirón 🙂
¿Conoces a The Agency of design? Justo con el mismo postulado de cosas para que duren una vida.
http://designoutwaste.com/index.php?/currentprojects/design-out-waste-video/
Qué bueno, hice esta foto hace unos días: http://distillery.s3.amazonaws.com/media/2011/09/19/1893442dbf8842e4959ddc970e089c04_7.jpg
Hace poco heredé un teléfono antiguo que aún funciona. Con antiguo me refiero a de los años 50, de baquelita. La sensación, el tacto, el peso… la experiencia es rarísima. Pero lo que más llama la atención es el timbre: un sonido “físico” que hace años que no oía.
Yo últimamente en el hipsterío creo ver una tendencia a valorar lo artesanal, lo físico y duradero. Un ejemplo:
http://thisismadebyhand.com.
Siendo una pena, no sé qué pensar. Con el ritmo y volumen de consumo actual, que se pongan otra vez de moda los materiales nobles imagino que puede ser bastante catastrófico desde el punto de vista ecológico. Hablo sin saber, aclaro.
Y para acabar, a mí sí me gustó el libro que comenta Javier, por lo poco práctico y lo poético y sensorial que es.
Qué post más chulo, Juan 🙂
Pues yo sigo conservando en uso mi Casio FX-850P, de cuando estudiaba ingeniería (http://mycalcdb.free.fr/galerie/Casio/FX-850P.9.jpg).
Y sí, efectivamente, ahora usamos y tiramos (ahí está iPhone5), pero no creo que porque se apele menos a la emotividad, que se sigue utilizando, y mucho, para vender, sino que antes se asociaba a la buena compra la calidad y durabilidad, y ahora la novedad, y quizá, la apariencia -distinto del buen diseño-.