Si eres de los que está trabajando por cuenta ajena, pero no acabas de encontrar tu sitio, si no paras de darle vueltas a la idea de montártelo por tu cuenta para ofrecer lo que sabes hacer de forma independiente, igual deberías pasarte por estas líneas.
Curiosamente, en esta época tan complicada, escucho con frecuencia a gente con ganas de dejar su puesto de trabajo actual y trabajar de forma autónoma. La decisión no es nada fácil: dejar tu trabajo para lanzarte a lo desconocido impone, sobre todo si tienes una hipoteca, hijos o compromisos familiares de cualquier índole.
Simplemente me ha parecido buena idea compartir mis primeros pasos, la experiencia que yo mismo viví para que quien se encuentre en esta situación tenga algo más en lo que apoyarse. El otro día miré el calendario y ya son 4 años en este plan, que se dice pronto…
Al lío:
- Comparte tu intención con amigos y conocidos del sector que ya hayan dado ese salto. Su experiencia te puede dar poderosas pistas para afianzar tu decisión. Otros muchos te dirán que te equivocas, que no es el momento (nunca lo es, ten eso en cuenta), pero si estás realmente motivado este tipo de opiniones no hará más que confirmar aún más tu noble decisión. No te desanimes por el feedback negativo, ¡recoge sólo positivo!
- Planea fechas, aunque sea mentalmente. Establecerte como independiente en Julio probablemente no sea la mejor de las ideas, verano a la vuelta de la esquina, horarios intensivos en las empresas (futuros clientes), y empiezas el año fiscal a medias, lo que implica que al año siguiente no tienes referencias completas sobre cómo te fue el año anterior. Lo mejor es arremangarse en Enero. Aunque en septiembre, con la vuelta al cole, tampoco está nada mal.
- Montar tu entorno de trabajo es más sencillo de lo que parece: Una mesa grande, silla, portátil, pantalla extra si tienes y conexión es más que suficiente para empezar. Lo demás irá llegando a su debido tiempo (aunque pensándolo bien no te hace falta mucho más…¿Impresora?). Eso sí, en cuanto tengas claro que quieres seguir por este camino plantéate dos cosas: una buena silla, es una inversión si no quieres acabar con hombros y brazos destrozados, y una cuenta Dropbox Pro, algo maravilloso si no quieres comerte la cabeza con copias de seguridad, envíos pesados, etc…
- Deja la empresa para la que trabajas por cuenta ajena dignamente, sin malos rollos: A veces los primeros proyectos te pueden llegar por dicha empresa. No tengas prisa por marcharte, deja todos los cabos atados y tu trabajo terminado antes de cerrar la puerta. Avisa incluso antes de lo estipulado por convenio, te quedarás más tranquilo y aunque pienses que te pueda perjudicar en realidad consigues el efecto contrario.
- Tener url y dominio propio, actualizar tu web y postear con frecuencia en tu blog no te garantiza nada, pero ayuda a posicionarte dentro del mercado y mantiene tu mente fresca y activa. Si no eres de blog necesitarás al menos tener bien montado tu perfil en LinkedIn. Unas tarjetas también pueden venirte muy bien en momentos muy oportunos.
- Prepárate para días muy muy muy intensos y días de calma chicha. Aprovecha esos días de calma para avanzar en lo que realmente quieres hacer a largo plazo. Ten en cuenta que el mundo avanza y tú tienes que hacerlo conforme lo hace él. De otra manera lo que ofreces caducará. Estrategia, la que quieras, pero ten TU estrategia.
- Un buen contable te quitará dolores de cabeza y te dejará tiempo para centrarte en tu proyecto personal. No trates de asumir tú este trabajo si no lo entiendes perfectamente. No lo asumas como un gasto, sino como un favor que te haces a ti mismo. Bebe menos cervezas o no vayas tanto al cine.
- Si con el paso del tiempo ves que la cosa mejora tarde o temprano te tocará plantearte: montar algo más grande y empezar a contratar gente o asociarte con más gente que tenga una visión vital y empresarial parecida a la tuya. Personalmente creo que tener un socio es mucho más positivo.
- La historia de cada uno es un mundo. No tomes nada como referencia, dejarse llevar es parte importante de esta estupenda travesía. Cuanto menos pienses las cosas mejor te irá. Pensar menos las cosas no significa estar como una cabra e ir en plan suicida.
- Y un último apunte: marcarte retos de lo que quieres llegar a ganar no hace más que angustiarte. Échate para atrás en tu silla, ponte cómodo y disfruta. Al final del año, cuanto toque cerrar cuentas con el fisco, revisa de forma más detenida a tus cuentas. De la otra manera tendrás siempre esa presión innecesaria de cuánto quieres ingresar.
8 respuestas
Genial!Es un chute de optimismo y todos son consejos súper validos.
Muchas gracias por compartir.
Saludos,
e.
Lo de la silla, aunque parezca mentira, es importantisimo! Una de esas homologadas para más de ocho horas evita más de una baja.
Buen post!
Muchas gracias por compartir tu experiencia.A la hora asociarte, que opinas sobre compartirlo con la pareja? es una buena opción o todo depende de la personalidad/relación de cada uno?
Hay muchos casos que no han funcionado pero otros han tenido mucho éxito.
¿Qué opinas?
Saludos.
Hola Mutard, gracias por tu interés. No soy experto en estos temas, por lo que no te puedo ayudar demasiado. Sí que te puedo decir que conozco casos de parejas asociadas a los que les va divinamente. Supongo que dependerá efectivamente de la personalidad, la capacidad de soportar presión en situaciones difíciles, cómo se soporta la incertidumbre…
Diego, lo de la silla es casi lo más importante. No te das cuenta hasta que no cambias! 🙂
Eusebio, me alegra sobre todo que sirva como chute de optimismo. Gracias por comentarlo!
Muy buen post. Necesitaba leer algo así, sobre todo el punto 1, por ahora solo me apoya mi novia y suegra.
Gracias!
Muy buen post. Yo no sólo las sillas, cambié los escritorios por unos de menos altura, donde el codo reposa naturalmente, y llevamos (yo y mis empleados) diez años sin tendinitis ni ese dolor en la base del omóplato que mataba 🙂
Y lo de la pareja, depende de la personalidad y relación de ambos. En mi caso, la imposibilidad de separar los temas del negocio y los de pareja entre los horarios de trabajo y los horarios de hogar, nos ha llevado a mi mujer y a mí a no tener ningún tipo de sociedad comercial 😉 Pero conozco otros ejemplos de parejas exitosísimas que no llevan el negocio al cuarto.
Gracias, saludos,
Julio
Gracias por tus aportaciones Julio. El dolor en la base del omóplato es un clásico, eh?
Saludos!
¿Cuatro años ya? Madre mía, parece que fue ayer 🙂
Creo que hay una cosa importante que puedo aportar a las que has dicho, aunque sea una obviedad: esto no es para cualquiera.
Primero, debes analizar muy fríamente las motivaciones que te llevan a querer dar el salto, ¿Quieres trabajar menos horas? ¿Quieres aumentar tus ingresos? ¿Quieres más independencia? ¿En la actualidad te sientes infravalorado y crees que puedes aportar mucho más?
Si la respuesta es sí a las dos primeras y, además, son tu principal motivación, directamente te digo que te olvides. Si tus motivaciones son exclusivamente «materiales» busca un empleo que te ofrezca lo que quieres, si es que lo encuentras, pero no te lances a trabajar por tu cuenta porque seguramente la realidad te va a poner en tu sitio. Si lo que buscas es más independencia, ojo, debes saber que ser autónomo te da cierta independencia para algunas cosas, pero en la mayoría de casos te quita mucha más independencia de la que te da. Si tu principal motivación está relacionada con ambiciones no materiales, tu espacio se ha quedado pequeño y quieres afrontar retos más difíciles, es posible que estés tomando el camino correcto.
Pero, además, es muy importante que tengas también en cuenta que hay personas que trabajan muy bien dentro de una estructura jerárquica, pero cuando están solas se encuentran completamente perdidas. Un factor clave para que esto ocurra es el nivel de autoexigencia de la persona. Antes de dar el salto debes estar absolutamente seguro de que tu nivel de exigencia contigo mismo es muy alto. Las personas autocomplacientes difícilmente trabajaran solas de forma exitosa ¿Cómo saber si eres de un tipo o de otro? Cuando en un entorno profesional la persona que más te exige eres tú mismo, entonces seguramente eres «un elegido».