Ver películas online, con un catálago interesante y una calidad más que correcta, empieza a ser realidad en nuestro país. Atrás dejamos la gestión de las descargas y de los subtítulos para poder ver una película que, probablemente, no verías nunca más y que ocupaba un espacio inútil en tu disco duro.
Un montón de proveedores se han apuntado a esta carrera: Wuaki.tv (que recientemente fue adquirida por el gigante nipón Rakuten), Youzee.com, Filmin.com, Cuevana.tv o Mubi.com ofrecen este tipo de servicio gratis o a un precio bastante asequible. Esta competencia es un claro indicador de que el mercado se mueve.
Sin embargo, hay una serie de detalles básicos que muchos de estos servicios no tienen en cuenta. Probablemente porque el foco está en ofrecer el mayor catálogo de películas, en lugar de ofrecer una experiencia de uso fina y acorde con el contexto de uso. Muchos lucen un diseño implecable, pero no están obsesionados con facilitar el disfrute del «momento película» al máximo: relajado en el sofá y con cero ganas de levantarte. Si hay algo que falla en estos momentos lo primero que harás será buscar a alguien que se levante por ti…
¿Cuáles son esos detalles? Después de un buen puñado de películas a mis espaldas, desde distintos proveedores, me atrevería a lanzar estas 4 ideas:
- La carga del vídeo: casi todos los proveedores activan la carga del vídeo tras pulsar la opción «Play» o cuando he pagado. Este detalle provoca que, en ocasiones, la línea de visualización atrape a la línea de carga y que el usuario tenga que pasar por ese molesto mensaje de «cargando película» o similar. Es el mensaje más frustrante que uno puede encontrarse, porque sabes que toca esperar.
La carga de una película debería comenzar mucho antes de pulsar el botón Play, probablemente nada más entrar en la ficha de la película, mientras que estamos tomando la decisión. Este detalle disminuiría la probabilidad de encontrarnos con ese molesto mensaje de carga. Instagram hace algo muy similar: la carga de la foto ya se está haciendo mientras estamos seleccionando qué filtro queremos ponerle a la foto. Es una interacción transparente para el usuario pero que se agradece. Y mucho. - Mantener los filtros de búsqueda: decidir cuál es la película que quieres ver requiere su tiempo, muchas veces es una toma de decisión en pareja (o en grupo) y llegar a un consenso no siempre es tarea fácil. Aquí los filtros y el orden del catálogo juegan un papel fundamental: ¿Versión original o doblada? ¿Comedia o drama? ¿Con o sin subtítulos? Es muy molesto que, una vez seleccionados esos criterios de selección, tras haber entrado en la primera ficha de película y pulsar el botón «Volver», lo que tengas delante sea un listado que se ha saltado a la torera el filtro (y el orden) que te habías molestado en dejar a tu gusto… El clásico fallo de no poder navegar desde la ficha de una peli hacia otras pelis sigue campando a sus anchas.
- Qué debe hacer la opción pausa: En el momento en el que selecciono la pausa probablemente tenga que levantarme del sofá para, desde el ordenador, seleccionar dicha acción (creo que de momento es la opción más habitual, igual me equivoco). En esa transición sofá-ordenador hay unos segundos en los que la atención está menos centrada en la peli y más en darte prisa para perderte lo menos posible mientras que estás en tránsito. Sería un regalo de dioses que, al continuar viendo la peli, el visualizador me retrasara 10 segundos para atrás la película tras reanudarla, para volver a entonarme y refrescarme la memoria tras la pausa. Es algo que muchos de nosotros hacemos cuando nos volvemos a sentar: «rebobinar» unos segundos hacia atrás antes de sentarnos.
- Finalmente, y no menos importante: mantener el estado «visited» en los enlaces del catálogo, para saber si ya he pasado por una peli o no en mi exploración para encontrar la película que me apetece. Y todo porque, de repente, los enlaces visited han desaparecido de nuestras pantallas, cuando en un directorio son fundamentales para que a la hora de seleccionar tu película tengas bien claro por cuáles has pasado ya.
Son detalles tan sutiles que seguramente pasarán desapercibidos para la mayoría de los mortales. Pero estos pequeños gestos son los que hacen ganar usuarios fieles. Humanizar la tecnología es ponerse en el papel de quien va a usar tu herramienta. En un mercado con tanta competencia tener en cuenta estos pequeños detalles puede ayudar a posicionarte sobre el resto.
La foto viene de Flickr: When no plan is a good plan
6 respuestas
@Julio existen otros casos donde eso que comentas no es posible. Que ocurre con gente de 20-y-algo compartiendo piso y una única tele? Imagina que el resto solo ve GH y otras mierdas. Donde ves tus pelis? -> En el ordenador.
Algo similar pasaria si alguien sacara un canal de pelis y series infantiles. Le das el ordenador al crio en su habitacion y te olvidas de el por horas.
El punto 1 es deseable desde nuestro punto de vista, pero no quiero ni pensar lo que dirán los que gestionan la infraestructura. La decisión de si veo o no una peli suele hacerse en la página de detalle, donde tienes toda la información disponible sobre la misma. Si cada vez que entramos en esa página se empieza la precarga, seguro que los costes de ancho de banda subirían bastante! Y seguro que es algo porque lo que estos servicios ya pagan un buen pico, y quieren mantener lo más bajos posibles.
Sobre el resto de puntos no puedo estar mas de acuerdo. Seguro que los que hacen los players se quejan del 2, pero no cabe duda que es un nice-to-have que marcaría la diferencia en el producto.
Tú mismo lo has dicho: ordenador.
En 2001 Apple revolucióno el mercado del consumo de música online con su binomio iPod+iTunes. Desde entonces puedes comprar música y llevártela a donde quieras. Vale que hasta hace poco necesitabas un ordenador para comprar y transferir la música de iTunes al iPod, pero no para disfrutarla.
Once años después, que se dice pronto, ver pelis online sigue significando verlas en el ordenador, o con un ordenador conectado a una tele, con todo lo que ello implica en incomodidad. En mi opinión es ese el principal de los problemas de este mercado, y el motivo por el que no acaba de despegar.
Todo lo que no sea tan fácil y cómodo como seleccionar una peli desde un mando y darle a play, no será más que una opción de consumo casi exclusiva para early adopters y con una penetración de mercado, me temo, que muy lenta.
Mientras las soluciones van llegando y se van «estandarizando» para mí la mejor propuesta, hoy por hoy, es la que hace Apple con su Apple TV, por los siguientes motivos:
Independencia. No requiere de una marca o modelo concreto de tele. Solo necesitas que la tuya tenga hdmi. Que, a estas alturas, son la
mayoría.
Simplicidad de compra y confianza en el pago. Solo necesitas una cuenta iTunes, algo que está muy extendido.
No hay cuota mensual. A muchos les parecerá una desventaja frente a tarifas planas como las de Filmin, Youzee o Wuaki. Pero a otros muchos todo lo contrario: les echará para atrás «atarse» a un servicio que les va a cobrar mes a mes, consuman o no (por ejemplo en vacaciones). Además, no nos engañemos, la gente quiere ver sobretodo estrenos y esos son, lógicamente, de pago.
Es Apple. Por hardware y software. Hardaware: Pequeño, atractivo e incorpora un Apple remote, que es el mando a distancia por excelencia, además, con el que muchos están ya familiarizados por parecerse a la click-wheel de los iPod. Software: con interfaz made by Apple, simple y cómoda.
Y … es Apple. Por los detalles. Por ejemplo, la carga de vídeo a la que haces mención; el Apple TV hace un cálculo correcto de tu velocidad de descarga y no te deja reproducir hasta que sea «seguro» (salvo problema de tu conexión, claro). En mi caso, he alquilado ya más de 40 veces y nunca he tenido un solo parón, ni de medio segundo.
Nunca me gustó eso de lidiar con emules, torrents, codecs e historias. Yo quiero simplicidad en mi vida. Y hasta hace año y medio esa simplicidad significaba alquilar DVDs. Ahora significa coger el mando del Apple TV, seleccionar una peli y darle al play. Punto y se acabó.
Por eso, en mi opinión, todas estas plataformas necesitan de un hardware que las acompañe. Y creo que deberían hacerlo o promoverlo ellas mismas. Porque, ¿Qué hacer si no? ¿Esperar a que todo el mundo tenga tal marca o tal modelo con tal sistema (Smart TV), compitiendo, mientras esto sucede, con plataformas más poderosas como iTunes o Google Play? ¿Hasta que punto es eso realista?
@Alex: No digo que no deba existir canal web, digo que para que despegue de verdad este mercado, en mi opinion, hace falta hardware específico.
El mercado del DVD, por ejemplo, tuvo su momento, y ¿Por qué despegó? ¿Porque los ordenadores venían con reproductor DVD? ¿O porque en cualquier Carrefour podías comprar un reproductor DVD con euroconector desde 39 €?
Aunque lo primero haya podido ser un factor adicional, es evidente que si se vendieron muchos DVDs fue por lo segundo.
No veo a mi madre consumiendo cine en un ordenador, ni mucho menos enchufando un ordenador a la tele. Y, ojo, que mi madre ha usado ordenadores desde que eran con fichas perforadas 🙂 Pero, ¿A la hora de consumir? Solo habría una posibilidad de que consuma cine online: ponerle un Apple TV, o análogo, y que todo se limite a seleccionar peli y dar al play. Y como ella, estoy convencido, la mayoría de la población.
¡A algo así me refería en mi comentario! 🙂
Para variar una suerte de mala copia del Apple TV. Pero es lo que va haciendo falta en España.
[…] Falta de madurez tecnológica. Las plataformas no tienen la madurez suficiente, como bien explica Juan Leal, en este caso, traducido a problemas de usabilidad. […]